¿Te sientes preparado/a para trabajar colaborativamente?
(lectura estimada 7 min).
Suele ser habitual, cuando se habla de la mejora de las capacidades para el trabajo colaborativo, hacer referencia a los aspectos extrínsecos a la persona que se consideran relevantes.
Dejando de lado las diferencias entre trabajo colaborativo, trabajo distribuido y trabajo en equipo [1], se suele apelar a la cultura de la organización, a su estructura organizativa, a los estilos de dirección y liderazgo imperantes, a la carencia de herramientas adecuadas, etc., para explicar y/o justificar por qué no se trabaja más en dicha línea de colaboración. Por lo general, explicación y/o justificación no basadas en aspectos intrínsecos a la persona y sí en elementos cuya responsabilidad de ejecución nos es ajena.
Pero … ¿y si asumimos que quizás es tan o más importante querer mejorar nuestras competencias personales para contribuir a la mejora de la eficacia y la eficiencia del trabajo colaborativo? Naturalmente, respetando la importancia de las herramientas digitales [2], la relevancia de la estructura organizativa [3] y el resto de factores comentados, pero sabiendo que mejorar nuestras capacidades personales va a tener un efecto beneficioso muy importante sobre las capacidades de la organización.
¿Estás preparado/a para trabajar colaborativamente?
Sin pretensión de hacer una lista de todas las competencias personales necesarias -aunque no suficientes- para promover el trabajo colaborativo de calidad, sí que se pueden remarcar algunas de las que, en función de mi experiencia, formarían parte del Top 10.
- Capacidad de escucha activa.
Sin duda una de las habilidades que más conciencia y entrenamiento requieren para ser mejorada. No se trata de acabar frases, ni de interrumpir continuamente, ni de pensar en la respuesta mientras se escucha, ni de prestar atención exclusivamente a las palabras.
Se trata de intentar ir más allá de las palabras, de interpretar lo que se oye para no quedarnos en la literalidad de las frases, de despojarnos del escudo defensivo que nos predispone a discutir si no estamos de acuerdo o a juzgar sin demasiado contexto, de intentar en primera instancia respetar, valorar y agradecer la opinión del otro. Respeto, valoración y agradecimiento, reconocimiento en definitiva como elemento que incluso nos puede conducir a modificar nuestro punto de vista -expresión máxima de dicho reconocimiento.
- Habilidades para comunicar efectivamente.
Habilidades que son requeridas tanto en forma como en fondo:
– Forma: ¿Comunicas de forma clara, concreta, concisa y completa? ¿Qué tal tu comunicación no verbal en cuanto a formas de expresión -tono, timbre, volumen, ritmo-? ¿Cómo valoras tu lenguaje corporal, tus gestos, tus posturas, tu expresión de la cara, tu mirada?
– Fondo: ¿Tienes claro qué quieres comunicar? ¿Te has preparado la reunión? La organización que diriges, ¿tiene clara su misión? ¿Y su visión y valores? ¿Lo has trabajado de manera participativa procurando la máxima implicación de las personas que te acompañan profesionalmente? Del proyecto que diriges, ¿tienes clara su planificación y los mecanismos e indicadores de seguimiento?
Una herramienta de reflexión, este vídeo de Adam Galinsky [4].
Otra: entrena, grábate cuando tengas que hacer una presentación. Una imagen vale más que mil palabras.
- Algunas competencias que forman parte de la inteligencia emocional.
Una vez más sin ánimo exhaustivo:
– Capacidad de asertividad y empatía: Conceptos diferentes que a veces se confunden … ¿Comunicas y hablas con asertividad, procurando responder a aquello que te preguntan de una manera amable, clara, directa y adecuada? ¿Intentas empatizar, ponerte en la situación del otro, leerle emocionalmente, en alguna situación o contexto? ¿Cuándo debes intentar ser asertivo? ¿Y empático?
– Aptitudes para gestionar los conflictos y las situaciones de estrés: ¿Te sientes atacado/a ante un cuestionamiento de tu responsable o de tus compañeros? ¿Cómo reaccionas? ¿Crees que eres capaz de no llevártelo al plano personal? ¿Cómo valoras tu reacción en una situación de máximo estrés? ¿Tienes la sensación de pérdida de control? ¿Eres capaz de acotar un conflicto e intentar resolverlo “cara a cara” y no mediante apelaciones genéricas en reuniones de equipo?
– Capacidad de confiar y de motivar y motivarte: ¿Respetas y valoras el esfuerzo ajeno? ¿Agradeces el tiempo que te dedican, los consejos que te dan, las opiniones que te trasladan, la información que te suministran, las reuniones que te piden, los gestos de afecto que recibes? ¿Delegas -de verdad-? ¿Das oportunidades para liderar proyectos? ¿Asumes como propios los errores de tu equipo? ¿De verdad crees que las personas que trabajan a tu lado, el capital humano de tu organización, es uno de los elementos esenciales que se ha de valorar y cuidar?
– Habilidad para gestionar la incertidumbre: ¿Te genera angustia no tener noticias de temas que te parecen importantes o tener que posponer, sin fecha de realización, el proyecto que te parece más relevante de los últimos tiempos? ¿Tienes facilidad para identificar grados de relevancia otorgados a temas / proyectos por otras personas? ¿Y para entenderlos y asumirlos cuando no los compartes?
- Dotes de liderazgo.
Si crees que tienes dichas dotes, ¿cómo definirías el tipo de liderazgo que impulsas? ¿Transformacional, coercitivo, orientativo, afiliativo, democrático…?
¿Promueves el diálogo organizativo con el objetivo de que todas las personas se sientan partícipes de la cultura presente y futura de tu organización o empresa? ¿Escuchas a los demás para mejorar tu posición? ¿Predicas con el ejemplo? ¿Intentas contribuir a la construcción de confianza, de un clima agradable y satisfactorio? ¿Sabes exigir en función de las capacidades? ¿Y agradecer los logros y asumir los errores de tu equipo? ¿Cuáles son las palabras que usualmente más utilizas?
9 consejos aquí para mejorar tu liderazgo [5].
Unas reflexiones de Xavier Marcet aquí [6].
Otra reflexión a continuación, de J.M.Casado González:
“Ya no se trata de controlar sino de influir y permitir que quien más sabe y tiene el poder del conocimiento, el trabajador, sienta la libertad en su actuación. El viejo principio de “ordeno y mando”, sustentado sobre el paradigma organizativo de que unos piensan y otros ejecutan, está agotado. Los directivos, los influyentes, los verdaderos líderes, han de dejar de ser gestores del orden y del control para comenzar a actuar como facilitadores, capaces de orientar, tolerar, demostrar interés y prestar una sensible atención a las personas. Han de tener en cuenta más el alma y el sentimiento que no la mente y la razón”.
Se han comentado brevemente algunas de las competencias personales requeridas para desarrollar un trabajo colaborativo de calidad: escucha activa, comunicación efectiva, asertividad y empatía, gestión de los conflictos y de las situaciones de estrés, confianza, motivación, gestión de la incertidumbre, liderazgo.
¿Tienes estas competencias?
¿Reflexionas al respecto?
¿Las entrenas?
¿Quieres mejorarlas?
¿Te conoces lo suficiente?
¿Cuáles son tus talentos y tus aspectos a mejorar?
¿Y tu estilo de comportamiento?
¿Y tu rol dentro del equipo?
¿Te sientes preparado/a para el trabajo colaborativo?
[1] Desmontando mitos sobre el trabajo en equipo: http://www.optimainfinito.com/2017/03/desmontando-mitos-sobre-el-trabajo-en-equipo.html.
[2] 15 eines col·laboratives digitals per a les entitats: http://xarxanet.org/informatic/noticies/15-eines-collaboratives-digitals-les-entitats.
[3] Estructuras organizacionales para entender las jerarquías y la colaboración: http://plataforma.tejeredes.net/2015/11/estructuras-organizacionales-para.html?utm_source=blogsterapp&utm_medium=twitter&m=1.
[4] How to speak up for yourself: https://www.ted.com/talks/adam_galinsky_how_to_speak_up_for_yourself.
[5] 9 maneras de entrenar tu cerebro para ser un mejor líder: http://www.equiposytalento.com/noticias/2017/02/17/9-maneras-de-entrenar-tu-cerebro-para-ser-un-mejor-lider.
[6] Escépticos autocomplacientes: http://www.sintetia.com/escepticos-autocomplacientes/.